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Мовна специфіка літературних творів доби Золотого Віку (стр. 7 из 13)

El problema de diferenciar dos series de signos en su correlación es discutible. Es obvio que los rasgos propios de objetos no carecen de aspecto subjetivo. Así, la manzana madura presupone la idea subjetiva de este rasgo; el cuaderno grande también presupone los estereotipos sociales conocidos al sujeto de evaluación. Los rasgos de color y forma son los más "objetivos" pero en estos también está presente el aspecto subjetivo. Por otro lado los signos evaluativos propiamente dichos se apoyan en rasgos de objetos y en este sentido tampoco pueden considerarse puramente subjetivos (por ejemplo, día perfecto quiere decir el de sol, que no es frío). Según la proporción de factores subjetivos y objetivos los rasgos se sitúan en una escala incesante. En un extremo de la escala están tales rasgos como triangular, alumínico y en segundo extremo los evaluativos propiamente dichos: excelente, magnífico.

Los componentes objetivo y subjetivo de significado evaluativo representan una unidad dialéctica con correlaciones muy complicadas en límites de cada serie de unidades de la lengua.

Las relaciones entre el sentido descriptivo y evaluativo (emotivo) se manifiestan evidentemente en sistema de los adjetivos para los cuales es esencial la semántica de signo. Entre los adjetivos se puede diferenciar las palabras descriptivas que no contienen ninguna evaluación (por ejemplo, portugués, cúprico, matinal, bípedo etc), a este tipo pertenece la mayoría de adjetivos relativos y los evaluativos propiamente dichos (bueno, excelente, magnífico, estupendo, malo, feo, terrible) que designan sólo la evaluación con signo "+" ("bueno") o "-" ("malo") con diferente grado de intencificación y afectividad. Así, perfecto es "bueno + intencificación", estupendo significa bueno+intencificación+afectividad" etc. Pero no todos los adjetivos tienen sentido puramente evaluativo o puramente descriptivo. La mayoría de los adjetivos y de las palabras evaluativas en general combinan los dos sentidos. Por ejemplo, fascinante, talentoso y mediocre, aburrido. Estas parejas de palabras se parecenpor el signo evaluativo "+" para las dos primeras y el signo "-" para las últimas, pero se distinguen por el significado que se refiere a los rasgos de objeto de evaluación.

Los adjetivos que de algún modo combinan el sentido evaluativo con el descriptivo componen una serie donde estos dos sentidos se combinan en diferentes proporciones. El proceso característico para los adjetivos es adquisición de rasgos calificativos. Los sentidos evaluativos frecuentamente aparecen cuando el objeto de evaluación de algún modo estáligado con la esfera de una persona, puesto que casí cualquier rasgo de una persona puede presuponer evaluación: casa de piedra, corazón de piedra; lápiz rojo, nariz roja. Significado calificativo de tales adjetivos habitualmente sobreentiende metáfora. En las lenguas romanas según rasgos evaluativos y no evaluativos se diferencian los adjetivos relativos y constucciones con preposición de.

Los rasgos descriptivos se apagan completamente cuando en primer plano aparece el aspecto subjetivo de evaluación. Eso pasa cuando, por ejemplo, una palabra se usa como ofensiva: ¡Burro!, ¡Bandido!. Los adjetivos que contienen en su significado un grado alto de intencidad fácilmente se hacen puramente evaluativos.

En mayoría de los casos el significado evaluativo se vincula implicativamente con el descriptivo correspondiente. En la lengua natural los dos aspectos se combinan. La combinación se realiza así en la semántica de las palabras evaluativas como en declaraciones que contienen una evaluación, y precisamente en las declaraciones se descubre una serie de rasgos de semántica evaluativa.

Los dos componentes de significado (descriptivo y evaluativo) se puede distinguirlos describiendo la semántica de declaraciones y palabras concretas. Por ejemplo, atento en la declaración Él es lector atento signifíca "конецформыначалоформыcuidadoso, escrupuloso", es componente descriptivo. Estas cualidades en "el cuadro del mundo" se evaluan como "buenos" y, entonces la declaración contiene también el componente evaluativo "es bueno".

La correlación de la evaluación y descripción se cambia según la posición sintáctica. La posición típica donde se diferencian los sentidos descriptivo y evaluativo es la predicativa. Para las palabras descriptivas que carecen de sentido calificativo no es característica la posición predicativa: la ética médica, pero esta ética es médica; el alumno ausente pero este alumno está ausente. Al mismo tiempo en la posición predicativa los sentidos evaluativos se inducen con ayuda de diferentes medios (intensificadores, artículos, entonación exclamativa): Es un hombre pero no Un hombre entró en la habitación. La posición predicativa donde se actualiza la evaluación se opone a las posiciones de identificación y clasificación. Compárense: Es burro (no es cabra) - es identificación y Eres burro es evaluación.

La diferencia entre los sentidos evalutivos y descriptivos se manifiesta evidentemente en las estructuras que reflejan el movimiento por la escala evaluativa. En primer lugar son construcciones con intensificadores: Esta casa es enteramente de piedra o llegó con la nariz muy roja. La posibilidad de combinarse con intensificadores señala del desplazamiento hacia el sentido evaluativo.

Otro contexto típico para los sentidos evaluativos son combinaciones con intencificación de veracidad del rasgo con adjetivos "verdadero", "auténtico", "genuino": "Es pintor" (clasificación), "Es pintor verdadero" (evaluación con intencificación); "Es bandido" (clasificación), "Es verdadero bandido"(evaluación con intencificación). El sentido evaluativo se actualiza en declaraciones expresivas con "qué": ¡Qué artista!, ¡qué inteligente!, ¡qué película magnífica!.

Wolf subraya que se puede hablar sobre las declaraciones evaluativas propiamente dichas sólo cuando la evaluación es el fin de la comunicación. No obstante cualquier texto puede incluir evaluaciones que forman partes de las estructuras descriptivas: Escuchaba con interés; Recibimos un mensaje importante.

Frecuentemente la evaluación se situa en rema. El sentido evaluativo lo pueden tener declaraciones puramente descriptivas si lo descrito se puede evaluarlo como bueno o malo: El camino era pedregoso, avanzabamos a duras penas.

El problema de correlación de lo descriptivo y lo evaluativo tiene un aspecto más, es el de primacía de rasgos evaluativos y descriptivos que en las teorías lógicas es disputible. Los rasgos descriptivos aparecen primarios si se trata de conclusiones evaluativas. Compárense la evaluación y su motivación: A mí me gusta este libro porque es interesante y divertido pero no Este libro es interesante y divertido porque me gusta.

4. La evaluación comparativa de situaciones

La evaluación es inseparable de la comparación. Nosotros dividimos lo bueno de lo malo, lo delicioso lo contraponemos a lo desabrido, lo inagradable a lo agradable.Cualquier tipo de comparación se basa en disjunción que presupone incompatibilidad de unas situaciones, acciones, modos de actuar, acontecimientos. La relación disjuntiva, es decir, presencia de una opción dentro de una serie de alternativas, incita a uno a hacer una comparación evaluativa. La evaluación comparativa tiene forma de un razonamiento práctico (que no lleva a la constatación de la verdad sino a la toma de decisión). Cada uno lo usa en su vida. El razonamiento lógico es universal para toda la gente y se basa en distracción del sujeto pensador. El razonamiento práctico al revés no puede ser aislado de la estructura de la personalidad, las finalidades que se propone, de la real situación de la vida.

Las alternativas se comparan desde el punto de vista de que es mejor y que es peor. En realidad pocos tipos de acontecimientos de la esfera personal están marcados con un signo axiológico resistente: "+" es lo con que gente se felicita, "-" es lo que sirve motivo de compasión. Sólo la necesidad de optar arrastra al campo axiológico los acontecimientos neutros.

La opción de una serie de caminos que se abren ante una persona está modulada en juegos. Las reglas de juego presuponen multiplicidad de posibilidades pero, como en la vida, juego permite la realización sólo de una de ellas. Una jugada acertada o fallada presupone el resultado del juego o su objetivo final que es ganancia o pérdida. Mientras cada jugada de paso se elige de una serie de posibilidades la alternativa final de juego o su resultado está formada por dos situaciones opuestas. La opción de la jugada se basa en previsión o cálculo; haciéndola la persona programa el futuro aunque el futuro se forma no sólo por los factores conocidos para el jugador sino también por acciones de las fuerzas desconocidas. Cada jugada significa riesgo. Tomando una decisión el jugador siempre sopesa todos los pros y los contras, considera todos los chances. A veces la vida la comparan con juego aunque en realidad juego fue creado "a imagen y semejanza" de una parte determinada de la vida.

La comparación en axiologia está vinculada con tales nociones como 1) alternativa, es decir presencia de una serie de incompatibles acciones permitidas; el mínimum de alternativa es oposición de acción e inactividad; 2) comparación valorativa que toma en considerasión la modalidad subjetiva del deseo y modalidades objetivas de probabilidad y necesidad; 3) preferencia que se considera un tipo de estado síquico (opción potencial), son, por ejemplo, preguntas de tipo: "¿Qué prefieres, plátanos o naranjas?"; 4) opción consciente es decisión que se considera como acto de realización de preferencia.

La confrontación evaluativa no es lo mismo que comparación. La confrontación no constata la semejanza sino pesa y hace el resumen. Los objetos de la comparación evaluativa pueden ser tanto cosas como sus cualidades, situaciones, acontecimientos y estados. Pero cuando hablan de las preferencias, no tienen en cuenta los objetos propiamente dichos sino sus propiedades y las acciones que los incorporan. La afirmación "La frambuesa es más sabrosa que la fresa" se refiere al sabor de la frambuesa, es decir una cierta propiedad del objeto. Para conocer el sabor de las bayas hace falta probarlas. Preferir frambuesa a fresa significa comerla más gustosamente que la fresa y considerar la situación cuando hay sólo frambuesa mejor que la situación cuando hay sólo fresa.

Vamos a analizar el refrán español "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". Se puede parafrasearlo de tal modo: "lo malo conocido es mejor que lo bueno desconocido". Este paráfrasis descubre una estructura característica para la comparación evaluativa: cada combinación de palabras representa una coyunción de signos.

El complejo semántico “bueno – malo” pertenece a las concepciones de graduación, en la cual cada antónimo muestra la dirección de la escala que se extiende a dos infinidades opuestas divididas por el eje de simetría:

lo malo - | - lo bueno

Los rasgos marcados por los antónimos representan dos lados de una medalle. La aumentación de un rasgo en la escala de lo bueno y lo malo se vuelve la disminución del otro. Es decir las concepciones mejor y peor están vinculadas por las relaciones de conversión. De este modo el movimiento de cualquier punto por la escala puede ser denominado por dos procedimientos: por la aumentación o por la disminución de un rasgo. Tal estructura semántica es característica para los adjetivos paramétricos grande – pequeño, alto – bajo.

Haciendo la comparación evaluativa de diferentes situaciones su relación al eje de simetría no se toma en consideración, tienen en cuenta sólo su posición en la escala: el acontecimiento se considera mejor si se encuentra más a la derecha de la escala. La graduación de un complejo semántico se neutraliza por la disjunción de la comparación. De este modo los comparativos mejor y peor muestran la correlación de acontecimientos en la escala de lo bueno y lo malo pero no implicican su posición por una u otra parte del eje: mejor no quiere decir el grado comparativo del adjetivo bueno. Si uno, por ejemplo, dice: “Es mejor quemar la mano que firmar este documento” eso no sinifica que es aficionado a quemaduras. De misma manera el comparativo peor no implicica que se trata de una situación negativa. Se puede decir: “Está bien ser chófer, pero es peor que ser doctor” o “Está mal ser doctor, pero es mejor que ser chófer”. La preferencia determina la opción pero no tiene enlaces necesarios con las nociones de lo bueno y lo malo.

Entonces, “ser mejor” es un concepto compatible con “ser mal”. Se puede ser peor sin cesar de ser bueno. Y aun más se puede ser el mejor sin ser bueno. Cuando en una tienda el dependiente le dice que se han quedado sólo las mercancías defectuosas, Usted elige el ejemplar mejor del número de los peores. La noción “bueno” se determina por la relación a la norma, las nociones “mejor” y “el mejor” por la presencia, por el surtido real. El positivo establece una relación del objeto al contraste, miéntras el comparativo establece la relación entre los objetos reales en la cual la noción del estándard puede ser eliminada. Un razonamiento práctico que está orientado a aclarar lo que está mejor tienw lugar en una situación real (no en la situación normativa). Bueno siempre es bueno, pero lo mejor puede ser mal. Se hace bueno en proceso de perfección (no degradación). En los “Diálogos” de Platón Kebet pregunta a Sokrat: “¿Si algo se hace peor no es de lo mejor?”. Y Sokrat contesta: “Claro que sí”. Las dos palabras evaluativas tienen forma del grado comparativo. Efectivamente “peor” deriva de algo mejor, pero no obligatoriamente de “bueno”.

Las parejas de antónimos que se refieren a las características síquicas de una persona (tonto – inteligente, cobarde – valiente, avaro – generoso) son asimétricas ya que el comparativo del segundo miembro tiene el significado relativo es decir da un parámetro correspondiente, y el comparativo del primer miembro tiene significado absoluto. Se puede decir “ Pedro es tonto (cobarde, avaro), pero es más inteligente (más valiente, más generoso) que Juan”. Pero no se dice “Pedro es inteligente pero más tonto que Juan”. Las formas “más inteligente”, “más generoso”, “más valiente” determinan relación en cualquier parte de la escala, miéntras las formas “más tonto”, “más cobarde”, “más avaro” determinan ralación sólo en límites de la tontería, cobardía y avaricia conformemente.

Paralelo al significado relativo propiamente dicho, las palabras mejor y peor pueden señalar la relación entre los acontecimientos en límites de lo bueno y lo malo, es decir, pueden guardar enlace con predicados iniciales. Cuando las condiciones contextuales dejan de mostrar la relación del comparativo con el eje de simetría la característica axiológica de las situaciones comparadas se hace impoisible. Compárense: Se hizo peor que antes y Se hizo mejor que antes. De estas declaraciones no se puede hacer conclusiones sobre la evaluación general de los estados comparados. Así pues el significado de los comparativos de la evaluación general tiene el fundamento relativo.

Ninguno de los sinónimos de las palabras de evaluación general bueno y malo forma el complejo íntegro de graduación. Son así llamados “señeros escalares” dentro de los cuales no existe la relación de conversión. Por eso el grado comparativo de las palabras maravilloso, excelente, magnífico no pueden tener matiz negativo. No se puede decir menos maravilloso, menos excelente o menos magnífico, aunque la variante más maravilloso, más excelente, más magnífico puede ser usada.